Eligiendo como ejemplo esta campaña, Jane Maas describe en su libro Mad Women como vivió ella desde dentro la frenética actividad y proceso de creación de un proyecto de esta magnitud.

El propósito de la campaña fue revitalizar la ciudad para borrar esa imagen peligrosa y sucia que poseía. Gracias a los musicales de Brodway, y las demás actividades intelectuales que ofrecía la ciudad ayudaron a potenciar su faceta más turística.
A partir del primer anuncio en el que se utilizó este eslogan se han ido fabricando todo tipo de nuevos productos orientados al turismo que han ayudado a que Nueva York se convierta en lo que es hoy en día, el ejemplo de variedad y la ciudad cosmopolita por excelencia.