Como todos sabemos los elementos que intervienen en la comunicación son emisor, código, canal y receptor. La principal diferencia entre la literatura y la publicidad está en el emisor.
En la literatura identificamos al emisor como el autor de la obra al que se estudia, analiza y relaciona con lo que escribe para entenderlo, el autor es también protagonista.
Por el contrario, en la publicidad el autor existe pero no es importante a la hora de transmitir el mensaje o entenderlo. En la publicidad lo importante es el producto y lo que tiene más poder visual, por eso el autor desaparece tras su obra.
El anonimato es otra cuestión que es completamente diferente entre estas dos disciplinas, mientras.
El ejemplo de El Lazarillo de Tormes nos permite ver como el anonimato en literatura suele estar relacionado con la decisión del autor de mantenerse desconocido, ya sea por razones políticas o debido a las criticas que, en este caso, se hicieron a la Iglesia; una institución con gran poder en aquella época.
Los romances son otro tipo de obra literaria anónima debido principalmente a su transmisión oral, en la que el autor se perdía, o simplemente no era relevante.
Este tipo de literatura suele ser de autoría colectiva, es decir que se va construyendo poco a poco, añadiendo y quitando fragmentos con lo que se consigue que vayan puliéndose con el paso del tiempo.
El nombre del autor en literatura es equivalente a la marca del anunciante en publicidad.
En literatura el nombre del autor y la época en la que la obra está escrita son dos factores importantes ya que saber cuando se ha escrito algo nos permite tener ya mucha información previa para entenderlo completamente. El nombre del autor nos permite poder relacionar un texto con otras de sus obras y con el tiempo y los acontecimientos que vivió.
La parte menos positiva de que el autor sea tan indispensable en la literatura es que algunos nombres han llegado a ser incluso mas famosos que sus obras.
El poder del autor se va perdiendo en estos géneros hasta llegar a la posición que ocupa en la publicidad, donde está al servicio de la marca o agencia publicitaria.
El autor es un genio creador y libre en la literatura mientras que en la publicidad se suele ver sometido a los encargos y proyectos que se le asignan previamente.
En el cine, hubo una época en que lo importante de una película era el reparto, pero según el publico se va haciendo más experto, la persona a la que se atribuye el mérito es el director.
La publicidad garantiza el anonimato del director de cualquier spot porque no interesa el nombre de quien lo hizo sino el nombre del producto ya que de lo contrario el publico se distraeria y no se cumpliría con el objetivo de la publicidad.
- Relación del emisor con el receptor:
En la literatura predomina la función más expresiva del lenguaje ya que el autor expone su visión del mundo, mientras que en la publicidad la función principal es apelativa, la de dirigirse al publico directamente para conseguir algo.
La funciones principales de la publicidad son informar y conseguir que el destinatario consuma o haga lo que se le dice.
La publicidad más refinada hace que esa función apelativa sea indirecta y suavizada, y por tanto evita el bombardeo directo.
- Los orígenes de la publicidad:
La palabra inicial para la publicidad era propaganda, pero con el paso del tiempo se cargó de contenido negativo ya que al principio se asociaba con temática religiosa la propagación de la fe y de dios.
El uso de la publicidad indirecta ha sido algo que ha ido evolucionando durante años, ya que al principio era puramente imperativa y directa. Hoy en día el tipo de publicidad que impera se podría asociar a la poesía, ya que tiene que sugerir y asociarse a otras cosas pasando de ser denotativa a cada vez mas connotativa.
Los principales tipos de publicidad son:
La publicidad comercial es históricamente reciente, ya que
nace en el siglo XIX con la Revolución Industrial.
La publicidad ideológica difunde maneras de pensar, y se
divide en:
-Religiosa: utilizada para intentar la propagación y la
extensión de una religión.
La publicidad religiosa era mas popular antiguamente, cuando las religiones buscan tener más seguidores.
Las llamadas religiones del libro son las más poderosas del mundo occidental, detrás de las cuales hay una amplia doctrina e historia representada en libros y literatura.
Al margen de los dogmas que defiendan, hay grandes obras literarias dentro de las religiones, que han servido también para llegar al gran público y difundir unos ideales.
Un ejemplo concreto de un autor con obras que publicitan un lugar concreto fue Gonzalo de Berceo.
Las iglesias y catedrales pueden considerarse otro tipo de publicidad religiosa, ya que su poderío y presencia enseñan el poder de la religión, es publicidad arquitectónica que muestra grandeza acompañada de valor material y espiritual.
Podríamos decir que la publicidad política está en cierto modo relacionada con la publicidad religiosa en que también sostiene una doctrina y pretende expandirla. También se aprovecha de la arquitectura y las artes como escaparate publicitario, como el claro ejemplo del franquismo con la construcción de la Universidad Laboral de Gijón, que muestra poder y grandeza en su arquitectura destinada a albergar a estudiantes con escasos recursos.